lunes, 15 de noviembre de 2010

Bogotá III

Domingo nublado en Bogotá, adaptándome al nuevo horario y al país. Ya no me choca tanto desayunar delicioso chocolate caliente con huevos revueltos y brioche.
Visito iglesias, algunas vanidosas, otras hermosísimas, sobrias y apasionadas, creando extrañas culturas de interesecciones entre el viejo y el nuevo mundo. Cuadros atormentados donde sólo hay infierno, otros recuerdan a Caravaggio, Latour o Velázquez. Celosías marcando diferencias.
La calle 7 está tomada por los ciclistas y patinadores, una sociedad que insiste en participar cuando le dan ocasión.
El Museo del Oro va más allá del valor de este metal y descubre maestría y cosmogonías locales, animales y las geometrías en oro. Los objetos de poder, siempre tan prepotentes, planos y evidentes, fueron los más aburridos. Las salas seguían llenas de bogotanos curiosos.
Mercadillos dominicales bajo una persistente lluvia, unos más populares, otros más cuidadosos. Apenas ví diferencias en un rastro español. La globalización?
Gastronómicamente mi anfitrión me ha hecho disfrutar de un menú vegetariano y me ha descubierto la guanabana, una enorme chirimoya con un punto de sabor a pegamento, lechosa y cítrica. Deliciosa.
Y la gran estrella: El festival de la chicha, entre los barrios de la Macarena y la Perseverancia. La chicha es una bebida popular de maíz fermentado, muy nutritiva y con unos 4 grados. Su textura es de crema espesa, con un color dorado o incluso tostado y un olor ácido fermentado y sabor algo dulce de maíz y trigo tostado, con acidez y algo de burbuja en boca. Es muy fácil de beber y de emborracharse con ella. Nadie la comercializa industrialmente, y era tan barata que la llegaron a prohibir porque le hacía competencia a la cerveza. La fiesta estaba llena de gente sencilla reunida, bailando, bebiendo y compartiendo. De nuevo he sido testigo de la hospitalidad colombiana hasta que la lluvia me echó de nuevo.
Mañana dejo Bogotá y aún no sé hacia dónde iré, sur o norte, depende del tiempo.

1 comentario:

  1. Te seguimos con interés, tus pasos, tus sensaciones... eres nuestros ojos, narices y oídos!

    Me chivan por aquí que no dejes de probar el chontaduro.

    Esperamos deseosos tu próximo mensaje.

    .edu

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