sábado, 20 de abril de 2013

La abstracción concreta: Colección Patricia Phelps de Cisneros



Pasa desapercibida en el Reina Sofía con ese pequeño acceso a nivel de calle por la puerta de atrás. Parece que será poca cosa y quizás por esa humildad y falta de expectativas me encandiló. Es otra exposición que se aleja de los centros y hurga en los márgenes.

A pesar de ser arte geométrico en las salas crecía una extraña pasión y diversidad, me sorprendió cómo la abstracción geométrica perdía su frialdad en estas salas, ¿quizás porque viene de Latinoamerica, donde aún late fresca la utopía? Autoras queridas como Gego o Lygia Clark, artistas desconocidos que confirman y a la vez cuestionan la globalización del arte, la ironía de Cildo Meireles. Un placer inesperado.

viernes, 19 de abril de 2013

Paul Klee en la March



No era santo de mi devoción, había cierta rigidez en su expresión. Me desarmó con el titulo de un cuadro: "Crecimiento de las plantas". Esta obra resumía parte de sus objetivos en el arte: la naturaleza, las progresiones geométricas, la experimentación. Entendí la ambigüedad de su racionalismo contaminado por la observación de la naturaleza, una mezcla extraña que me dejaba sin saber a qué atenerme. 

Y más allá de su obra está su biografía. Imaginar su vida en la Alemania de entreguerras, las sinergias con su mujer pianista, su amistad con Kandinsky, la experiencia como profesor en la Bauhaus, el inicio del nazismo siendo él judío... 

jueves, 18 de abril de 2013

Impresionistas y Bohemios en la Fundación Mapfre


La historia corre sobre sí misma como un perro detrás de su cola olvidándose de la estela que deja. Lo atestiguo viendo la exposición de los impresionistas, esos ojos delirantes al principio y luego visionarios. Aquellos revolucionarios son ahora un bálsamo de paz y coherencia artística, un nuevo ladrillo pulido y encajado en nuestro edificio cultural. A toro pasado todo se hace más comprensible.

Volver, como en el tango, a recorrer mis primeros pasos en un arte que ha dejado de ser contemporáneo. Recorrer de nuevo las brumas de Monet y la carne gelatinosa de Renoir, la fría matemática de Cézanne, y la excentricidad infantil de Van Gogh, a quien el presente le ha amortiguado el protagonismo que tuvo hace pocos años. 

En esta vuelta de sienes marchitas al arte de principios del XX, el aire bohemio ha perdido todo su glamour, no llega a entenderse del todo esa pose tan sufrida, porque ahora nadie quiere morirse de frío o de hambre. Ser maldito ya no lleva a ningún sitio, la bohemia ya no es rentable. 

miércoles, 17 de abril de 2013

Tren Expreso



Decidí viajar en el nocturno para romper la rutina de tanta velocidad futurista y de improviso entré en un pasado olvidado, un viejo convoy con luces secas, tapicerías de skay y olor a desinfectante, un espacio cargado de nostalgia como un cuadro de Edward Hopper. Este achacoso tren seguía de memoria su trayecto de tantos años movido por la costumbre. 



En pleno siglo 21 el expreso no podía quitarse la herrumbre de sus arrugas ni la cercanía del olor a bocadillo de tortilla, pero las mesas del bar animaban a compartir confidencias insomnes con extraños, y en los estrechos pasillos los cuerpos forzosamente acababan encontrándose. 

La distancia del trayecto tomaba solidez durante toda una noche densa, de sueño a flor de piel, de crujidos y traqueteos, de ronquidos suaves y olores íntimos, un pequeño hogar de solidaridades fugaces, la sensación del viaje y el exotismo recobrados en casa.