jueves, 29 de marzo de 2012

Irene y la Huelga General

Hoy hacía un día maravilloso de primavera, difícil resistirse a disfrutarlo, así que quedé en el parque con un amigo y su hija Irene. Mientras ella correteaba por el césped nosotros hablamos de nuestras vidas y, cómo no, de la crisis. Cuando sea viejo podré decir a mis nietos que vi caer el Muro de Berlín, las Torres Gemelas y el Estado de Bienestar. Ser testigo de este desmantelamiento social es desasosegante, por eso hoy habría hecho huelga si hubiera podido.

Luego fui a la manifestación a pesar de saber que al final me encontraría irracionalidad y cobardía a ambos lados del tablero. Mientras que los ganadores miran moverse las piezas desde los barrios altos, en la ciudad vieja se enfrentan perdedores y perdidos, unos enmascarados, otros frivolizando, muchos supurando rencor e injusticia. Plaza Catalunya y el Corte Inglés eran defendidas casi como símbolos nacionales. El Estado defendiendo un negocio mientras los servicios sociales son expoliados.

Sin lugar a dudas la actitud más revolucionaria del día fue la de Irene, quien decidida y paciente practicó con entusiasmo contagioso lo que acababa de aprender: cómo subir y bajar un escalón. Tiene 15 meses y toda una vida por delante. Espero que no sea peor que la nuestra.

martes, 27 de marzo de 2012

Born to die

La muerte vende, se flirtea con ella en imágenes y canciones con actitud de cartón piedra. Pero cuando la muerte de verdad pasa cerca y nos sopla en el flequillo, todo parece aún más frívolo.

Hoy ha muerto Antonio, un compañero del trabajo con quien compartí un año laboral. La noticia me dejó extraviado y con la boca seca, la irrealidad de la muerte cubrió mis pies de nubes algodonosas, mi cerebro se abotargó y el corazón se volvió plomizo por miedo a correr la misma suerte. Todo parecía colgar de hilos inestables y se abrieron de golpe los apetitos más carnales, como si yo necesitase confirmar que seguía vivo.

La vida se vuelve insoportablemente frágil y recordamos que nosotros también moriremos. Prepararse para morir es una tarea cotidiana que tiene que ver con estar en paz, que la muerte no nos deje arrugados sin perdonar, temblando de arrepentimiento por lo que no hicimos, no dijimos o no abrazamos.

A Antonio le encantaba correr al volante y comer colesterol, pero su muerte fue fortuita, no por sus excesos. Al final tenía razón cuando se negaba a cambiar su dieta o a ir más despacio, aunque ya da igual quién tenía razón. Antonio, que estés en paz.

domingo, 25 de marzo de 2012

Pico Bassegoda

Tan sólo tiene 1300 metros de altura pero no es fácil de coronar, con sus 1000 metros de desnivel y 23 km de sendero. Aún así hay suficientes atractivos para convertirla en una excursión obligada que va más allá de un entrenamiento.

La variedad botánica es maravillosa, durante todo el recorrido se atraviesan diferentes bosques de boj, encinas, castaños, robles y hayas, incluso algunos arces y tejos. Una vez en el pico las vistas son fantásticas frente al Canigó nevado y la Costa Brava a lo lejos. Para volver se recorre un valle con cascadas y pequeñas pozas.

¿Qué más se puede pedir? Pues como siempre la buena compañía y los nuevos encuentros, que ayudan a disfrutar aún más de esta fantástica excursión.

domingo, 18 de marzo de 2012

Bacivers cara norte

Los picos nevados eran como tartas de nata resplandecientes y primorosas a las que nunca me atrevía a ponerle el dedo encima, no sólo por razones estéticas sino también porque el mundo montañero, cargado de testosterona, me tiraba para atrás. Nunca me creí capaz de imaginarme allí arriba, en un lugar agresivo donde mantener el pulso a hielo y desniveles, pero siempre hay ocasiones para romper prejuicios y los propios límites.

Crampones, piolet, dragonera: sólo con oír estos nombres mi excitación crecía sin haber pisado nieve. Una vez equipados la infancia llega en forma de imágenes en sepia de exploradores míticos con aspecto deplorable, y en forma del recuerdo de juegos de madelmanes trepando por los muebles del salón. Ahora el círculo se cierra, presente y pasado se unen, acabamos formando parte de nuestra imaginación, reviviéndola en nuestra propia carne.

De nuevo integrarme en un entorno surrealista de nieve, un papel en blanco donde los crampones dibujan sutiles rastros de hormiga o donde horadan escalones buscando los márgenes. Retar la verticalidad como arañas agarrados a las uñas metálicas de nuestras botas.

Me preocupaba mi preparación física sin motivo, pronto me dí cuenta que los músculos más importantes son el corazón y el cerebro. La montaña me está enseñando que la fortaleza no reside en las piernas, sino en la humildad, el sentido de equipo, el entusiasmo, la valentía y la honestidad. Como en cualquier proyecto compartido. Nuestro guía se encontró con un grupo heterogéneo pero bien trabado que fue asimilando los conocimientos y superando las pruebas. Un paisaje humano tan interesante como el exterior.

jueves, 15 de marzo de 2012

Isaki Lacuesta: El cuaderno de barro

Isaki Lacuesta es un cineasta de culto, y a pesar de ser minoritario sus documentales suelen aguantar en cartelera como náufragos testarudos. Algo tiene este hombre metódico que desprende sinceridad y un punto de poesía. En la flamante nueva Filmoteca, Isaki nos presentó "Los pasos dobles" y "El Cuaderno de Barro", pelis-documentales alrededor de Miquel Barceló y su mundo en Mali.

Fue revelador acceder al entorno creativo y cotidiano del pintor en África, las mismas obras que aquí vemos con cristal blindado, alfombra y climatización allí aparecen surgiendo desde el suelo en un ambiente tosco, polvoriento y carcomido. Con estas imágenes su obra toma una mayor trascendencia, prestada de la emoción africana y usando como medio el dibujo occidental. El demiurgo Barceló se descubre como un tahúr habilidoso, un prestidigitador barajando ambas tradiciones hasta presentarnos ese milagro en terreno de nadie, indómito y comprensible, accesible y escurridizo. Y afortunadamente Isaki estaba ahí para enseñárnoslo.

domingo, 11 de marzo de 2012

Puig de la Força (femenina)

Excursión fácil que permite disfrutar de buenas vistas al pantano de Sau atravesando un uniforme bosque bajo de pinos, encinas y boj, pero lo que más me atrajo fueron los riscos que se atraviesan, su variedad de estratos blancos y rojos y la extensión de agua que vibraba bajo los acantilados. El recorrido se inició en la Riba, a orillas del pantano de Sau hasta Tavertet, continuando hacia el Pic de la Força y volviendo a La Riba.

Esta vez lo mejor fue la compañía, mujeres independientes trabajándose su destino desde sí mismas y sus necesidades, aprendiendo sin prejuicios y reinventando una nueva vida si la anterior ya no les convence. No sé cómo me las arreglo pero siempre acabo hablando con mujeres de relaciones personales y de un mundo masculino que no está a la altura de sus sentimientos. Ese carácter masculino (en el hombre o en la mujer) tiene mucho que aprender, si está dispuesto a escuchar.

viernes, 9 de marzo de 2012

El Dorado: Miguel de la Tolea

Apareció resuelto e impecable en el escenario como un pirata vestido de boda y nos regaló una sobria sesión de flamenco con su voz fina y trabajada como un paso barroco de Semana Santa. La tendencia de su cante es triste y algo atormentada, no sé bien si por el carácter del cantaor o por el de su voz, y esa tendencia al drama nos acompañó durante todo el concierto. Consiguió incluso que las bulerías sonaran nostálgicas, por eso bordó unas siguiriyas sentidas y profundas. La guitarra de Carlos de Jacoba trabó bien en densidades con su voz. Fue un elegante concierto disfrutado en buena compañía que debo de agradecer a El Dorado.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Escalada

Aún me parece oirla asustada: "¡hijo, baja de ahí! ¡no subas tan alto en el columpio!". Es cierto que todas las madres lo decían, pero la mía más y mucho antes. No es raro que para mí la escalada haya sido un asunto de huérfanos locos, gente temeraria sin una madre juiciosa que les pusiera los pies en la tierra.

Un escalador me causa tanto estupor e irrealidad como un pianista virtuoso, lleva a cabo un acto mágico lleno de energía potencial, roza la incredulidad, el vértigo y el milagro, decidí que definitivamente aquello no era para mí. A veces nuestro miedo no es nuestro, sino heredado de gente querida. Me lancé a probar si mi madre tenía razón, no fue fácil dar el paso pero como siempre la amistad es un gran motor.

La escalada es levitación con truco, detrás se monta una tramoya de seguridad y preparación que casi hace del riesgo un juego. Con cuidado y excitación aprendimos las normas básicas, los nudos mágicos, la gestualidad de reptil, insecto y lemur. Después llegó el juego de disfraces que nos convertiría en seres casi alados: un arnés que nos abrazará cariñosamente si caemos y unos dolorosos pies de gato, zapatitos de geisha para bailar de puntillas sobre la pared.

Tras practicar en tierra como gaviotas inexpertas tocaba lanzarse al cielo. Paso a paso creé una coreografía extraña, una caligrafía críptica sobre la roca definiendo voluntad y habilidad, un trabajo de calceta con la pared que iba tejiendo absorto. En este trepar no había ni locura ni huida, la cuerda atada al arnés era el cordón umbilical que me daba seguridad y me recordaba que seguía conectado a la tierra mientras me elevaba. Todo bien hasta que siento el vacío debajo, de repente me veo colgado sólo con mis dedos y oigo la vieja orden de mi madre: "Baja de ahí!". Todo cambia de golpe, el juego ha acabado, me vuelvo un niño obediente y asustado, pero mi monitor, como un diablillo insiste que siga divirtiéndome. La orden del pasado es más fuerte y me rindo saltando al vacío.

Al llegar abajo llega el arrepentimiento, el suelo parece antinatural y siento ansiedad por volver a sentir la verticalidad pero tengo que esperar, es el turno de mi compañero, me toca vivir la asombrosa experiencia de asegurarle mientras baila con la roca, cuidar de él sin que se note, ir tirando de ese cordón umbilical para que suba al cielo. Su vida está en mi mano, y él ha de confiar como yo hice antes, un lazo que une extraordinariamente. Por fin vuelvo a la pared y en el segundo intento el aplomo que me da confiar en el material y en mí mismo me permite subir hasta llegar al techo con una carcajada que se oye en todo el pabellón.

Lo siento madre, sé que lo hacías por mi bien pero esta vez no tenías razón.

domingo, 4 de marzo de 2012

Discoteca Luz de Gas

Tenía ganas de bailar un sábado noche. Contra todo pronóstico pasé el filtro de la puerta, tras un duelo de miradas el gorila me saludó y me abrió paso hacia la taquilla. La última vez que fui a una discoteca no había crisis, el único cambio que noté fue la ausencia de humo, el resto seguía igual, los mismos vasos balanceándose, las mismas miradas de desdén o ansiedad disimulados. Estrategias para una noche, audacia depredadora, resignación altiva.

Las discotecas les deben mucho a la psicodelia y a la búsqueda de nuevas realidades: se intenta saturar al cuerpo con sonido, luz, bebida y tacto. No hay calma, ni tranquilidad ni reposo. Sin saberlo se activan chakras a ritmo de cadera, se fomenta el abandono a las vibraciones, la pérdida de controles. Una lástima que no se aproveche tanta energía para reconducirla.

Nunca aguanto hasta más allá de las 3 pero esta vez seguí bailando y pude ser testigo del espectáculo del que todos me habían hablado: alrededor de las 5 de la mañana todo se transformó, empezaron a crecer matas de sabana en la pista, los brillos de los ojos se hicieron más turbios, las uñas se afilaban, los dientes empezaron a crecer, los cuellos se preparaban para ser mordidos, el baile de feromonas aumentaba. Los grandes cazadores se lanzaban a por las presas más codiciadas e iban bajando el escalafón de sus gustos conforme fracasaban. Era la hora en la que los perrillos de las praderas dejamos este espacio de irrealidad para refugiarnos en las madrigueras y nos quedamos sin saber cómo acaba el cuento, si esa irrealidad continuará al día siguente.

viernes, 2 de marzo de 2012

Tradición consensuada

- Hijo, tú no te preocupes y reza el Padrenuestro, verás como te ayuda.
- Mamá, no creo en el Dios Padre, es patriarcal, machista, jerárquico, rencoroso y dictatorial. Mejor nos iría con una Diosa Madre.
- Pues tienes razón... ¿Y si lo cambiamos te serviría? Vamos, hijo, ayúdame.

"Madre nuestra que estás en todo
santificados sean los nombres
hágase la voluntad de todos en la tierra
y la tuya en el cielo.
Danos el pan de cada día para compartirlo,
danos fuerza y valor para perdonarnos y perdonar,
no nos dejes recaer en la tentación
ni renunciar a nosotros mismos
y líbranos del mal.
Amén".



Esto de hacer las paces con la familia tiene sus ventajas.