sábado, 30 de abril de 2011

Viaje al otro lado del espejo

Las relaciones personales te llevan a tí mismo tras haber dado muchos rodeos. Cuanto más intensas sean estas relaciones, más podemos aprender de nosotros mismos, pero se corre el riesgo de perdernos. Reconocer estar perdidos es el primer paso para encontrarnos y los agujeros negros a veces lo son por exceso de luz.

Hace falta mucha lucidez para ver la suerte de encontrar un buen espejo que nos refleje profundamente, sobre todo por el dolor y el extravío que provoca. Si tienes esa ocasión, conviene aprender a mantener la mirada frente al espejo, atenta y calmada, y con tus manos cálidas trata de tapar las venas abiertas.