jueves, 28 de junio de 2012

Gävle



Pequeña ciudad, industrial y correcta, en el límite del sopor. Lo más interesante fueron sus jardines boscosos y húmedos y sus museos. El Lansmuseet explica la historia de la región, de sus fábricas y su estilo de vida, una loa a la clase media alta, ensalzando valores como el amor al comercio y la mesura. Los obreros tan sólo salen al fondo de las fotos, casi como un decorado. El Konstcentrum es pequeño pero lleno de encanto racionalista, de ventanales enormes y exposiciones interesantes. Fuera en las calles la vida seguía fluyendo sosa y laboriosa. 

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