domingo, 2 de septiembre de 2012

Ingeniería social


Empecé el día pedaleando hacia la playa cuando me crucé con una persecución policial, un coche y dos motos intentaban dar caza a un africano menudo cargado con un fardo de falsificaciones. No pudieron con su afán de supervivencia, los esquivó incluso cuando ya estaba rodeado por cuatro agentes. No entendí la misión de la policía.

Luego pude ver cardúmenes de peces brillando en una sorprendente coreografía caótica dentro del mar revuelto y metálico. Todos juntos, todos solos.

Al mediodía había Diada Castellera en el barrio de Sants y vibré con esas construcciones humanas en las que el más fuerte está abajo dando apoyo al más frágil que está más alto. Un sencillo ejercicio de voluntad y esfuerzo común que emocionaba.

Sentí que estos tres hechos sociales estaban extrañamente unidos.

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