lunes, 23 de noviembre de 2009

Berlín 2006

Segunda visita, esta vez en grupo y centrada en la arquitectura. Tuve una guía excepcional y concienzuda con quien inventariamos los edificios míticos de esta ciudad que tapa sus heridas con cirugía estética de diseño, todo aún muy reciente. El Bundestag, como un bunker abierto al cielo, las oficinas del gobierno tan cristalinas y faraónicas.

Al final uno queda perplejo ante la dureza de sus cicatrices y la blandura de las nuevas superficies. Una ciudad que aún debe reposar y asimilar, desembarazarse de su mito, encontrarse tras tantos cambios.

Mientras la gente, ajena a las estrategias del poder intenta disfrutar, vivir o buscar el tópico para agarrarse a él.

Intentar entender el espíritu alemán, a veces tan cercano y otras tan lejano, su hospitalidad distante y efectiva.


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