miércoles, 1 de diciembre de 2010

Rio Claro

Una parada perfecta entre Medellín y Bogotá. Es un Parque de actividades y aventura en una garganta natural de roca y vegetación tan intensa que asusta. El alojamiento es abierto, ves la jungla desde la cama y duermes con su ruido. Hice una excursión de espeleología, fluir dentro de una enorme matriz, húmeda y orgánica, en medio de una oscuridad acogedora. Dejarse llevar por el agua dentro de esa enorme vagina hasta salir a un río luminoso. Oír los gritos amenazadores de los guácharos, ver luciérnagas intermitentes, escolopendras fortificadas, arañas concienzudas, hormigas culturistas en procesión verde, lagartos descarados. Serpientes no quisieron aparecer, aunque siempre las confundía con ramas. Probar pescado fresquísimo y zumos excitantes. Dormir pronto porque no podía hacer otra cosa en la oscuridad. Me costó salir de allí.

2 comentarios:

  1. Ostiá, tú, entre tanto verde seguro que hay hojas de cok, ya sabes, unas cuantas al bolsillo y de viaje a los tejados de la latina

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  2. BUENO SOLO FALTABA ESTO,,, UMMMMMMMMMMM,, TEJADOS DE LATINA. SIEMPRE IGUAL...

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